Si pudiera arrancar una parte de mi, sería aquella en la cual no pueda encontrarme, entonces así la muerte sabría a vida constante, a pregunta inquietante, a pantana curiosidad, inmensa de jardínes claros y bosques repletos de plantas silvestres...
Nuestros cuerpos se comunicaban por pulsiones
En esos encuentros, sabiamos a niñas
Pero desde aquella vez, nunca más pude encontrar lo que me lastimaba
porque me permitía sentir...porque me abrazaba cual criatura sensible
y me acurrucaba cantandome historias, dibujandome el cuerpo, danzandole a las estrellas, y gritandole al mar mis secretos...
desde ahora la vida tiene un sentido natural en mi, hay una inquietante expansión solar
una picante pizca de curiosidad,
una avalancha de felicidad repentina
y una inhalación que me recorre empatía
¿sabías que desde que nos vimos supe amarte?
y es así, que me alejo de lo intangible
trepo por las nubes, remarco las estelas, reafirmo el camino y te miro con caricia
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